La jornada que debía significar un nuevo paso en la lucha por el campeonato del Turismo Nacional para el piloto sanrafaelino Gonzalo Antolín, terminó en un escenario inesperado y frustrante. A punto de largar la final en el cuarto lugar, su auto no respondió y no pudo participar de la carrera. Lo que en principio se presentó como una falla mecánica, derivó en una fuerte polémica luego de que se encontraran piedras en la zona de distribución del motor.
En diálogo con Diario San Rafael y FM Vos 94.5, Antolín repasó lo ocurrido: “Obviamente que fue una situación muy, muy compleja, muy complicada porque no encontramos respuestas a nada”. Según relató, tras una gran serie clasificatoria, el auto llegó al box en perfectas condiciones, pero al momento de encarar la final, el motor presentó un desperfecto súbito e inexplicable: “El motor no quiso arrancar. Primero arrancó, se atrancó, se salió del punto y se rompió”.
La particularidad del caso es que, al revisar el motor, su equipo técnico halló piedras en una zona que no debería presentar ese tipo de elementos extraños. Consultado sobre cómo pudieron ingresar, Antolín explicó que es muy difícil determinarlo: “Yo lo único que puedo contar es lo mismo que conté en todos los medios, es nuestro análisis. Después, uno no quiere pensar que estas cosas pasen, sobre todo en una categoría tan linda, que está rodeada mayormente de gente buena”.
El piloto fue claro en su intención de no señalar a nadie. “Nunca apunté contra nadie. De hecho, creo que somos todos víctimas: tanto yo, como la categoría, como todos los que estamos involucrados. Lo siguiente a la serie fue encontrar el auto roto. No hay relación entre cómo terminamos y cómo arrancamos”.
La rareza del episodio reside, justamente, en la imposibilidad de encontrar una explicación lógica a la presencia de las piedras: “Muchas veces puede pasar que andando una piedra haga que el motor se salga de punto, pero la realidad es que el auto no anduvo. Eso es lo que acompleja toda la situación”.
El hecho se produjo en un contexto de total incertidumbre y sin registro de cámaras de seguridad en el box. “No, no hay cámaras en el box. Creo que nadie tiene, pero a partir de ahora vamos a tomar algunas medidas para protegernos. Se nos hace una laguna desde el momento en que terminamos corriendo bien la serie y después el auto no arranca para largar la final. Ahí se empiezan a abrir una serie de interrogantes que hoy no tienen respuesta”.
En ese sentido, Antolín valoró el acompañamiento de las autoridades de la categoría, que se acercaron apenas ocurrido el hecho. “Por eso también hice una aclaración. Yo no apunté contra nadie. De hecho, creo que todos fuimos perjudicados. La gente habla por hablar en redes sociales y la realidad es que esto fue doloroso para todos”.
El piloto hizo referencia a otros antecedentes en el automovilismo argentino en los que episodios externos afectaron directamente a los corredores, y pidió que se refuercen los cuidados para evitar futuras situaciones de este tipo. “Tenemos que alinearnos sobre algo que es lógico: que no vuelva a ocurrir, o que ni siquiera dudemos de que pueda volver a ocurrir, y protegernos entre todos”.
Desde lo deportivo, el golpe fue duro. “Lamentablemente no pude competir, no tuve la posibilidad de correr. Perdí puntos, la chance de pelear por la victoria, quedé con el auto roto… hay muchas cosas que nos perjudicaron”.
Con cuatro fechas restantes, la próxima será el 7 de septiembre en el autódromo de Buenos Aires, y el sanrafaelino aún mantiene chances en el campeonato. “Sí, porque en definitiva no sumó nadie de los rivales fuertes. Estamos a 38 puntos. Tenemos que tratar de recuperar un poco las energías y ver cómo seguimos”.
Aunque el sinsabor sigue latente, Antolín dejó en claro que su compromiso con el automovilismo no cambia: “Ojalá que todos podamos colaborar para que no vuelva a ocurrir algo así. Ya estamos pensando en lo que viene”.
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